Atrapada en el tiempo circular

Habéis visto aquella fantástica película Atrapado en el tiempo en la que el protagonista queda atrapado en una escena que se repite día a día? Puede que con la maternidad gemelar los primeros meses tú también seas un Bill Murray y te sientas atrapada en el tiempo.

Esta es una de las cosas de las que no se habla demasiado cuando vas a parir a pares, porque la maternidad parece mágica y a veces, un poco idealizada. Durante el embarazo vives en una nube y salvo las dificultades de mover tu enorme panza, la vida es plácida y solo esperas la llegada de tus retoños.

La maternidad gemelar es un verdadero milagro, pero la inmensa alegría por partida doble choca al principio con esa nueva cotidianidad aún desconocida y los primeros días pueden a ser muy agobiantes. Hablar del tema no te hace quererlos menos ni ser mala madre, sino HUMANA!

Tus días serán circulares, no habrá días ni noches, ni ropa de salir, ni ropa de cama, todo dará lo mismo porque no dormirás más que un par de horas entre toma y toma y  cuando no se despierte uno se despertará el otro y así sucesivamente.

Tú no serás tú, serás como una GRAN TETA que amamanta a tus niños a la vez o por separado, (y a veces se enchufa el sacabuches profesional para sentirse una verdadera mamífera cumpliendo tareas en el tambo) cambia alrededor de 8 pañales al día, los viste, baña y duerme para volver a hacer lo mismo una y otra vez.

Las noches y los días comenzarán a sucederse infinitamente. El «universo bebé gemelar» lo abarcará todo, las comidas, las cenas, las mañanas, las tardes. Una y otra y otra vez.

Pero, como el protagonista de la peli, cada día que pasa irás adquiriendo más EXPERIENCIA. Si Bill Murray aprendió a tocar el piano como un virtuoso,  tú te moverás cada vez con más soltura, aprenderás a funcionar sin dormir demasiado, a cambiar dos pañales en menos de un minuto, a alimentar a dos pequeñuelos al mismo tiempo, con teta, teta y biberón juntos mientras escribes un mensaje de whattsapp.

Y cuando todo sea tan circular que ya estás casi  habituada a tu nueva realidad, sin que te des cuenta irás saliendo de esa espiral sin fin y podrás calzarte un pantalón y una chaqueta para salir a pasear, sola o acompañada de tus polluelos que te devolverán agradecidos todo ese esfuerzo con una sonrisa a dúo.